Teniendo en cuenta que un cartucho (ya sea de tinta o tóner) no es parte integral de la impresora, sino suministros para la misma (están hechos para ser remplazados), el consumidor tiene toda la libertad para elegir que tipo de consumible quiere utilizar.
El problema es que muchos vendedores y técnicos no son conscientes de los derechos legales de los clientes, ya que no les interesa informar al respecto.
Desde la Directiva Europea declaran que ningún productor o distribuidor puede obligarle legalmente a comprar suministros exclusivamente de ellos, como condición de la venta del equipo o el poder hacer efectiva la garantía. En otras palabras, los fabricantes de las impresoras de la marca "X" no pueden obligarle a comprar sus cartuchos o tóner de marca "X" ni anularle la garantía por utilizar otro tipo de consumible.
Es más, el parlamento europeo votó a favor de una directiva sobre la reutilización de dispositivos eléctricos y electrónicos. Lo que significa que los fabricantes están obligados a facilitar el reciclado de los consumibles.
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